Verano
Verano. Los veranos de mi infancia los pasé, la mayor parte, entre Guarromán y Baños de la Encina, aunque más en Guarromán que en Baños.
De aquella época echo de menos una costumbre que se está perdiendo, o eso creo, la de salir a la puerta y sentarse en una hamaca a tomar el fresco con abuelos, tíos y primos (aunque a veces si nos juntábamos muchos nos sentabamos en un poyo al lado de la carretera que atraviesa al pueblo, no sé cómo hemos sobrevivido). Pasara quien pasara te daba las buenas noches. Hoy día saludo a vecinos en el portal de mi casa y no me contestan.
Antes la gente era amable, allá por los años 40 aproximadamente (los cuales, por cierto, no viví), una bañusca (natural de Baños de la Encina) dejaba a su hija en la casa de la vecina para que la cuidara mientras ella trabajaba, sin pedirle nada a cambio. La mujer no tenía otra salida y la vecina le hacía el favor encantada. Hoy día las vecinas ni siquiera se conocen.
Las personas de la generación que salen a la puerta en verano a tomar el fresco se están muriendo y la proliferación de aparatos de aire acondicionado está animando a las generaciones posteriores a quedarse en casa con el aire a 16º de temperatura viendo el Grand Prix en Canal Sur.
Por otra parte, este año la generación del 90 llega a la Universidad. No paro de ver carteles en plazas de Málaga en los que se puede leer: "Prohibido jugar a la pelota". Entre las videoconsolas y las prohibiciones en plazas seguro que España nunca ganará un Mundial de fútbol.
Por cierto, la vecina de Baños era mi tatarabuela.